Era cerca de la medianoche en el Cerro de la Buena Vista, caminábamos de regreso a Barra de Valizas. Hacía tanto que estábamos sumergidos en la oscuridad que no necesitábamos linternas para caminar entre las dunas. Miré al horizonte para orientarme y por dos segundos vi el cielo relampaguear. Eran relámpagos de colores. No logré descifrar qué estaba sucediendo antes de que mi hermano Juan dijera «lo vi prenderse fuego, ¡se rompió en pedazos!».
Si no fuese porque estábamos bajo uno de los cielos más oscuros del país, probablemente ese bólido habría pasado desapercibido. En las ciudades, los edificios y la luz de la ciudad ocultan la mayoría de los meteoros. Entonces, es fácil sentirse afortunado cuando uno ve algo así, pero la realidad es que es mucho más común de lo que estamos acostumbrados. Basta con pasar unas horas en un sitio desprovisto de contaminación lumínica para darse cuenta de que el cielo no es un paisaje inerte. Está vivo, en constante movimiento.
El centro galáctico sobre la cima del Cerro de la Buena Vista. © Fefo Bouvier
La expedición
Llegamos a Barra de Valizas con la idea de pasar una noche acampados en el Cerro de la Buena Vista, al otro lado del Arroyo Valizas. Necesitábamos conseguir que un lugareño nos cruzara en bote, por eso llegamos temprano. Fuimos directo a la comunidad de pescadores, en la parte sur del balneario. Ahí encontramos a una señora que nos dijo que no había necesidad de cruzarlo. El arroyo ya no se unía con el océano y podíamos caminar por la orilla. Nos alegró saber que podíamos hacer esa travesía ida y vuelta completamente a pie. Esa mañana yo había amanecido afiebrado y la sensación de quedar aislado y depender de un desconocido para el regreso me hacía dudar si hacer la expedición o no.
La costa oceánica de Barra de Valizas camino al Cerro de la Buena Vista © Fefo Bouvier
Mientras almorzábamos reajustamos los detalles. Con pase libre a las dunas no hacía falta acampar, podíamos volver al pueblo a cualquier hora. Eso haría la caminata mucho más ligera, pues no cargaríamos la carpa y los sobres de dormir.
Desde el balneario, la caminata hasta la cima nos tomó unos cuarenta minutos y no fue para nada complicada. El camino es todo arena y solo se vuelve empinado en algunos tramos cortos, sobre todo hacia el final.
Texturas de las dunas del Cerro de la Buena Vista © Fefo Bouvier
Si bien no era mi primera vez allí —ni siquiera la segunda—, desde arriba, a cincuenta y ocho metros sobre el nivel del mar, el panorama me dejó boquiabierto. La playa, las dos islas, la Laguna de Castillos, el Arroyo Valizas y el Cabo Polonio se despliegan en un paisaje espectacular. Son trescientos sesenta grados de pura vista.
La Isla de Castillos Grande al fondo y la Isla Seca al frente © Fefo Bouvier
Un paisaje extravagante
Siempre me ha llamado la atención lo estrambóticas que son las formaciones rocosas del Cerro de la Buena Vista. Como es un promontorio de piedra cubierto de arena, la roca aflora entre las dunas a medida que se asciende. Algunas enormes, otras más chicas, las posibilidades compositivas que ofrecen son infinitas. Un festín para el fotógrafo de paisajes.
El paisaje desde la cima del Cerro de la Buena Vista durante el atardecer © Fefo Bouvier
No supe por dónde empezar a fotografiar, así que me senté a contemplar el paisaje que se volvía cada vez más dorado por el ocaso. En ese momento, Juan, que me asistía en la expedición, volvió de una vuelta alrededor del cerro y me habló de unas rocas hacia el sur que podrían gustarme. Por ahí empezamos.
La cima del Cerro de la Buena Vista © Fefo Bouvier
Cuando el sol se puso aproveché para fotografiar varias de esas formaciones bajo la luz del crepúsculo. Una de mis técnicas para crear imágenes de paisajes nocturnos es combinar una foto crepuscular con un cielo tomado cuando ya es completamente de noche. Eso me permite capturar toda la escena con mejor detalle.
Formaciones rocosas en el Cerro de la Buena Vista © Fefo Bouvier
La buena vista es tanto abajo como arriba
Esta fue la primera expedición en el marco del proyecto Mirá las estrellas. Con esto busco explorar, documentar y difundir los mejores paisajes uruguayos para ver el cielo. Uno de los criterios para categorizar el Cerro de la Buena Vista como uno de los «mejores», es que tiene un cielo calificado ≤ 2 en la escala de cielo oscuro de Bortle. Esta mide la calidad del cielo nocturno según la cantidad de contaminación lumínica presente.
Una de las características de un cielo con esa calidad es que se puede ver luminiscencia nocturna en la atmósfera (o airglow en inglés). El fenómeno es causado por una variedad de reacciones químicas impulsada principalmente por la radiación solar ultravioleta. A diferencia de las auroras, el airglow puede verse en cualquier latitud.
A simple vista no lo noté, pero cuando hice la primera larga exposición en cámara quedó revelado un tinte rojizo en el horizonte debido al airglow.
Airglow rojo y el centro galáctico sobre las formaciones rocosas del Cerro de la Buena Vista © Fefo Bouvier
Estábamos próximos a la Luna nueva, no por casualidad. La visibilidad del cielo era espectacular. El centro galáctico se veía como una tenue, aunque clara mancha blanca que atravesaba el cielo de este a oeste. Con tanta oscuridad, incluso las constelaciones de Orión y Escorpión —que en la ciudad son muy fáciles de reconocer— se perdían entre miles de estrellas. También las Nubes de Magallanes (dos galaxias enanas vecinas), se destacaban a simple vista en el cielo sur.
Formaciones rocosas en el Cerro de la Buena Vista, la Vía Láctea y las Nubes de Magallanes © Fefo Bouvier
Un plus en el paisaje: la bioluminiscencia
Siempre que estoy en Rocha me acerco a la costa para ver si hay bioluminiscencia en el agua. Sospechaba que podría haber porque durante el día me pareció ver parches rojizos en el océano. Esa es una característica del Alexandrium fraterculus, un dinoflagelado hermano de las famosas «noctilucas» (Noctiluca scintillans).
Caminamos las dunas en busca de una composición que mostrara las características del paisaje, lo suficientemente alta para ver la costa. A lo lejos, las olas brillaban como pequeños relámpagos azulados. La cámara eliminó todas las dudas: había bioluminiscencia.
Bioluminiscencia en la costa del Cerro de la Buena Vista y la Vía Láctea © Fefo Bouvier
El centro galáctico empezaba a ascender en el horizonte lo que me permitió capturar el fenómeno bajo el brillo de la Vía Láctea, una vez más. La bioluminiscencia y el cielo galáctico son sutilezas de la naturaleza, pensé. Ambos desaparecen a la más mínima presencia de luz artificial. No pudimos evitar acercarnos a metros de la costa y contemplar la escena en primera fila.
Bioluminiscencia en la costa del Cerro de la Buena Vista y la Vía Láctea © Fefo Bouvier
Habiendo explorado y fotografiado por varias horas, no quedaba más que tirarse un rato a mirar las estrellas...
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Panorama de la Vía Láctea en el Cerro de la Buena Vista © Fefo Bouvier
Cómo llegar
Al cerro se puede llegar de dos maneras y en ambos casos deberás ir a pie. Desde Barra de Valizas es lo más sencillo porque al balneario se llega en auto y son solo dos kilómetros caminando hasta la cima. Desde Cabo Polonio la travesía es más aventurera, porque solo se accede en camiones y la caminata hasta el Buena Vista es de siete kilómetros por la arena.
Cuándo ir
El Cerro de la Buena Vista se puede visitar todo el año y es de acceso público. Lo he visitado en varias ocasiones y he notado que, por ser un paisaje semi-desértico, no cambia mucho con las estaciones. Sin embargo, algunas variables hacen que sugiera el otoño sobre el resto del año.
- En otoño no hace tanto calor y con la protección solar adecuada es muy disfrutable visitarlo durante el día. Por la noche, la temperatura aún es agradable.
- Como la temporada alta ya terminó, el lugar no recibe tantos visitantes y eso se nota en las dunas, que están más lisas y naturales. Eso es algo a tener en cuenta si vas a tomar fotos.
- Según dicen, los meses de verano y otoño presentan más probabilidades de presenciar bioluminiscencia en el agua. Yo las he visto hasta en invierno.
- En otoño, el centro galáctico —la zona más brillante de la Vía Láctea— comienza a verse sobre el océano Atlántico luego de la puesta del Sol.
Qué llevar
Como el paisaje está alejado unos kilómetros del pueblo más cercano, deberás llevar algunos elementos básicos:
- agua para mantenerte hidratado
- algo para comer como frutas, frutos secos, galletas, etcétera
- abrigo suficiente según la época del año y calzado de trekking
- protector solar
- celular para orientarte o llamadas de emergencia (hay buena conexión de red)
- considerá llevar un power bank para tener energía de carga extra
- linterna de cabeza
- binoculares
Si vas a ir de expedición solo, te sugiero compartir tu ubicación en todo momento con al menos una persona.
Actualización de agosto de 2024
A finales de julio emprendí un viaje a la costa de Rocha, al Cerro de la Buena Vista, entre Valizas y Cabo Polonio, para capturar un video del cielo nocturno para un cliente. El video muestra la majestuosidad del Cerro de la Buena Vista, donde un cielo estrellado se transforma con la salida de la Luna, cuyo resplandor ilumina el paisaje de manera espectacular.
Ahora lo comparto contigo en mi nuevo canal de YouTube (te recomiendo ajustar la calidad a 4K y activar el sonido para una mejor experiencia). Si te gusta, me ayudaría mucho que le des like, dejes un comentario y te suscribas al canal.
Espero que este artículo te sea de utilidad para planificar tu visita. Si tenés alguna duda, escribime en los comentarios.
9 comentarios
Felicitaciones Fefo. Buenísimo el site y espectacularmente increíbles imágenes! Gran trabajo. Me encantó. Saludos, Pablo.
Fefo, desde que te sigo he visto unas fotos increíbles. Te deseo mucho éxito en tu nuevo proyecto para seguir disfrutando tu trabajo.
¡Excelente nota coterráneo!
Excelentes e imponentes capturas acompañadas por un completísimo informe Fefo! Éxitos en este nuevo proyecto y felicitaciones por el entusiasmo en dar a conocer lo maravilloso e importante que es observar el cielo!